Este año marca un antes y un después a la fiesta. Por un lado, el lleno absoluto de Zumeltza desbordó las mejores previsiones de la organización, pero por medidas de seguridad ajenas impuestas se prohibieron los disparos reales durante las diferentes exhibiciones, a pesar de que ningún año se registrara el más mínimo incidente. También y por los mismos motivos hubo que añadir guardas de seguridad a la zona de la miniferias, una zona para los aficionados en la que el mérito es para los expositores, que a pesar de todas las dificultades legales, acuden con sus productos a la fiesta.

El día fue excelente en lo climatológico y en lo festivo, aunque la reciente prohibición de la contrapasa en Gipuzkoa desde Tribunales europeos también invitara a crear un ambiente de expectación entorno a esta fiesta ya con label propio vasco. El colapso de las carreteras y accesos llegó hasta mediodía. El cetrero fue el único que no apareció en la cargada agenda festiva en la que estuvieron los bracos de José Luis Aragón o los pointers de Lorenzo Urra, que se exhibieron tras Modesta Iraola, vigente subcampeona del mundo de San Huberto. Por la tarde hubo exhibición de quads, esas motos de cuatro ruedas, que hicieron malabarismos sobre la tierra acompañadas de un estruendo ensordecedor. Como novedad, una gran jabalina se paseó atada por la campa de Dima y, apenas quince minutos después, los perros de rastro demostraron su tarea olfativa en pos del suido hasta localizarle en la ladera frente al recinto festivo.

En la parte institucional de la caza, se despidió desde el estrado Enrique Garai, tras su mandato de doce años al frente de la Federación Vasca de Caza y dando el relevo a José Mari Usarraga Unsain, hasta entonces presidente de la federación guipuzcoana. Garai agradeció en euskera el apoyo prestado por alaveses, guipuzcoanos y vizcaínos en su andadura, recordando la necesaria unidad entre cazadores para conseguir más logros.

Por su parte, el presidente de ADECAP y también de la ONC, Juan Antonio Sarasketa, criticó a “esos pisa hierbas de Madrid que se dicen ecologistas” así como a los políticos que les empujan a meterse constantemente contra los cazadores “evitando”, por ejemplo abordar “el envenenamiento del campo”. Su comparecencia no tuvo desperdicio ni en caza ni en pesca, recordando el logro de la modificación de la ley respecto a los accidentes de tráfico. Sarasketa recordó que, a pesar de todo “avanzamos” y no descartó hacer alguna “ostentación de fuerza” tras la humillación a la que se había sometido a los cazadores vascos con la contrapasa.