Las primeras nubes que cubrían el alto de Dima a primera hora de la mañana también se disiparon para dejar paso a un radiante sol que quiso sumarse al vigésimo cumpleaños del Día del cazador y Pescador. Aunque la gente llega poco a poco, las vallas separadoras de la campa que ejerce de escenario central ya registraban aficionados cuando los galgos volaban sobre la hierba en pos de su señuelo.
Los canes de Iñaki Elorriaga y Lorenzo Urra hacían sendas exhibiciones perfectas a las perdices mientras el parking anexo se llenaba con miles de coches y la pista central acumulaba muchos miles más de personas bajo el inclemente sol. Algo especial tiene este día para que tanta gente secunde la iniciativa de Adecap en pleno monte. Los caballos de carreras daban vueltas y apenas se podía acceder a las docenas de stands instalados.
A la hora de los discursos, Mikel Barrios, en representación de los jóvenes de Adecap Gazteak, volvía a encender la mecha de la ilusión para los de su edad y también para los más mayores, que ven el relevo con ganas de hacerse su hueco en el futuro.
Y luego Juan Antonio Sarasketa no desperdició la ocasión de repasar los logros conseguidos y todo lo que queda por hacer en defensa de cazadores y pescadores. Así, fueron varias las interrupciones de aplausos cuando habló de la fuerza de ambos colectivos unidos, incluso “capaces de inclinar la balanza política” mientras recordaba a los políticos que les apoyan y criticaba a los que hacen oídos sordos a las “justas reivindicaciones” del cazador y pescador, unas figuras “conservacionistas de la Naturaleza”. No dudó tampoco en criticar a los que quisieron parar la caza en la vecina Castilla y León, o en citar el estudio de las semillas envenenadas con las que se siembran los campos y afectan a las especies animales, reclamando un mayor acercamiento al sector agrario, y reconociendo la progresiva deshumanización del campo causada por el hombre. También censuró el alto precio de los acotados, proponiendo algunas alternativas de gestión para éstos.
Por detrás de Sarasketa, jóvenes de Adecap Gazteak mostraban una pancarta en la que se leía “Ulia-Jaizkibel Ehiza bai” en apoyo a los cazadores de esas zonas guipuzcoanas, y para los que el líder de Adecap también tuvo palabras de apoyo, junto al rechazo frontal y crítico de ciertos postulados ecologistas que han convencido a ciertos políticos. El eibarrés terminó su intervención recordando algunas de las tareas pendientes, como la inacabada lucha por la “contrapasa” de la paloma torcaz, la responsabilidad de los cotos en los accidentes de tráfico, o la mejora de los ríos vascos con especies autóctonas.
HOMENAJES. Luego llegó el momento de los galardones, donde se reconoció “por su apoyo y contribución desinteresada al mundo de la caza, la pesca y de la conservación” a Irene Pardo, diputada de Agricultura de Bizkaia, a Juan Mari Atutxa, al periodista alavés Miguel Ángel Romero, al político alavés Alfredo Marco, al guipuzcoano José Luis Clemente y al experto en temas medioambientales Julen Rekondo. Mención aparte fueron los homenajes a dos personas ya fallecidas, por un lado el del abogado y cazador asesinado Txetxu Ezkerra, cuyo diploma recogieron su viuda y su madre, y por otro el de Ángel Etxebarria, director comercial de Beretta Benelli Ibérica cuya inesperada muerte por enfermedad nos sacudió en marzo. Su esposa Conchi recogió el ramo de flores y el diploma antes del sentido aurresku de honor que silenció el bullicio de Dima.
La jornada prosiguió con la actuación del cetrero, antes de los herri kirolak de los Ezpeleta, padre e hijo. Y luego, más de doscientas sociedades de caza y pesca vascas recibieron su reconocimiento por su tarea diaria, silenciosa y altruista, durante la comida de hermandad, multitudinaria, organizada por Adecap. Un Día perfecto, sin duda.